Praga en un día
“Nos vemos debajo de la cola”. Ésta es, probablemente, una de las frases más repetidas por los habitantes de Praga y es que la parte trasera de la estatua de San Wenceslao a caballo –en la Plaza de Wenceslao- es el punto de encuentro más concurrido de la ciudad. Por eso, nuestra ruta de un día por Praga empieza en este punto. ¡Qué mejor para sentirse un praguense más que adoptar sus costumbres más arraigadas!
La Plaza de Wenceslao y la historia de la ciudad
Una de las principales particularidades que tiene la
Plaza de Wenceslao es que, en realidad, no parece una plaza. Es ancha y alargada, por lo que parece más bien una gran avenida, y a sus lados se entremezclan edificios antiguos con modernas construcciones. Como no podía ser de otra forma en un lugar de reunión como éste, los restaurantes y cafeterías abundan en esta plaza. Se trata de una plaza más bonita de día que de noche, pero si estás por aquí en horario nocturno no debes dejar de entrar en el Vinárna U Sudu, una vinoteca muy peculiar, con piano que se puede tocar libremente y un futbolín en el que puedes retar a otros clientes, su encanto está, sobre todo, en su planta inferior: una antigua bodega medieval llena de pequeñas salas con mesas a lo largo.
No muy lejos de la Plaza Wenceslao podrás encontrar otro lugar interesante, que no suele incluirse en las guías turísticas: el edificio
Ceska Sporitelna. Este inmueble, perteneciente a uno de los grandes bancos checos, tiene unos interiores espectaculares que puedes ver en horario de oficina (lo mejor es la segunda planta).
En tu recorrido por las calles del centro de Praga no dejes de visitar el
“Stavovske Divadlo”. Este teatro tiene el honor de haber sido el escenario del estreno de la famosísima obra de Mozart
Don Giovanni. Tres siglos después, son muchos los curiosos que se acercan a ver la estatua del fantasma de Don Giovanni que preside la entrada del teatro.
Cubismo y Art Nouveau
Pasa también por la
Casa de la Virgen Negra. Se trata de un edificio cubista levantado para sustituir a la antigua casa barroca –que estaba coronada por una estatua de la Virgen con el Niño y que todavía hoy se puede ver detrás de una reja dorada en una de sus fachadas-. Si te interesa el cubismo, no dudes en entrar. El edificio alberga un museo dedicado a este estilo y un particular café cubista, por si al terminar la visita te apetece descansar.
Desde aquí, dirígete hacia la
Casa Municipal (Obecní dům), situada en la Plaza de la República. Este edificio es la joya de la corona del Art Nouveau checo y en su decoración participaron los más relevantes pintores y escultores checos. En su interior hay varias salas, pero la más famosa es la Sala Smetana, un gran auditorio que se utiliza para conciertos.
Una parada para comer
En la
Plaza de la Ciudad Vieja encontrarás el lugar ideal para comer: Lokal. Es un restaurante de comida tradicional, no muy frecuentado por turistas, donde los platos son realmente sabrosos y a muy buen precio. Aunque, sin duda, su gran éxito es su cerveza artesanal.
La ciudad de las cien torres
Una de las particularidades de Praga es que, si alzas la vista, encontrarás alguna gran torre en casi todos los puntos de la ciudad. No en vano, se la conoce como la ciudad de las cien torres. Dos de ellas están muy próximas a la Casa Municipal: la torre del
Ayuntamiento de la Ciudad Vieja y el
Reloj Astronómico. A la primera puedes subir para tener unas magníficas vistas panorámicas de Praga, mientras que el segundo, además de su belleza, tiene la particularidad de ser el reloj astronómico más antiguo del mundo que todavía funciona (desde el siglo XIV).
Una visita al Barrio Judío
Quizás también te interese dar un paseo por el
Barrio Judío, pues se trata de una de las áreas judías más importantes fuera de Israel, gracias sus seis sinagogas. Pero el encanto de este barrio también reside en la peculiaridad de sus calles, donde se van sucediendo edificios de diferentes estilos arquitectónicos propios de principios del siglo XX (neobarroco, neoclásico, art nouveau…). En los bajos encontrarás muchos negocios locales y pequeñas tiendas con encanto.
Y para finalizar tu día en Praga, pasa por el auténtico icono de la ciudad: el
Puente de Carlos, donde hay una luz increíble al anochecer.
El mejor final: cena y baile
¿Y para cenar? Elige el Kampa Restaurant, cuyas mesas exteriores dan a la ribera y te permitirán admirar el Puente de Carlos, justo enfrente. Es el restaurante al que acuden las
celebrities que visitan la ciudad y su carta no te decepcionará: comida tradicional con un toque innovador.
Para poner el broche de oro a tu día en Praga, termina la noche en la famosísima discoteca Karlovy Láznê. Situada al lado del puente, es la discoteca más grande de Centroeuropa, pues tiene cinco pisos. En cada uno de ellos hay un ambiente diferente, por lo que te resultará fácil encontrar el tuyo.