Lisboa en un día
La capital de Portugal es, sin duda, una de las ciudades más bonitas y acogedoras del sur de Europa. Vivirla como tal te resultará difícil si solamente tienes un día para conocerla, pero siguiendo el tour que te proponemos al menos sí podrás hacerte una buena idea de todo lo que Lisboa tiene para sus visitantes. Empinadas y estrechas calles empedradas que te trasladarán al Portugal más auténtico, fantásticos miradores, barrios con mucho encanto y preciosos locales en los que saborear un buen vino portugués, zonas comerciales y paseos alrededor del Tajo. Todo eso es Lisboa y todo eso es posible en un solo día.
Sigue la ruta del tranvía 28
El tranvía 28 (el “eléctrico 28” para los locales) es un tranvía antiguo que funciona desde principios del siglo XX y su céntrico recorrido, de unos 10 km, abarca prácticamente todos los puntos de interés para el visitante. Por eso es una fantástica oportunidad para conocer Lisboa y una de las opciones más cómodas y económicas que existen para moverse por esta ciudad.
Alfama, barrio de pescadores y magníficas terrazas
Para hacer la ruta completa, coge el tranvía en su inicio, en la Plaza de Martim Moniz, muy próxima a las famosas Plaça do Rossio y Plaça dos Restauradores. El tranvía irá ascendiendo hasta llegar, en muy poco tiempo, al barrio de Alfama. Desde su parte alta, muy cercana al castillo de San Jorge, uno de los principales atractivos de la ciudad, hay espléndidas vistas del barrio, que llega hasta el puerto. De hecho, se trata de un barrio humilde, tradicionalmente habitado por pescadores. Callejeando por sus empinadas calles podrás descubrir los restos históricos de las culturas que dejaron su huella en este barrio, como visigodos y romanos.
Aprovecha para descansar y tomar un café en alguna de las muchas terrazas que irás encontrando. Si retomas el tranvía, éste descenderá hasta La Baixa, el barrio más céntrico de Lisboa, donde encontrarás todo tipo de establecimientos comerciales y muchos sitios interesantes para comer. Si buscas un local moderno con tapas innovadoras, tu sitio es la Petiscaria Ideal; si prefieres algo más tradicional, entonces vete a Solar dos Presuntos, su carta se basa en productos de altísima calidad muy bien elaborados.
Chiado, para los bohemios
Desde La Baixa, el tranvía 28 continúa hasta Chiado, sin duda el barrio más bohemio de la capital portuguesa. Algunos lo comparan con Montmartre en París, pues es el centro neurálgico de la cultura lisboeta. Encontrarás pequeñas tiendas llenas de encanto, jóvenes artistas, teatros, museos y muchos locales para tomar un café en un ambiente tranquilo y relajado. No pases por aquí sin detenerte en la Librería Bertrand, cuya actividad se remonta a 1732.
¿Plan nocturno? En el Bairro Alto
Callejeando por Chiado acabarás en el Bairro Alto. Durante el día encontrarás bellos miradores, como el de Sao Pedro de Alcántara, y callejuelas semiabandonadas, pero por la noche se transforma completamente. Aquí se concentra la vida nocturna lisboeta, con los locales de moda y magníficos restaurantes para cenar. No dejes de probar el BA Wine Bar, para catar los mejores vinos portugueses y productos típicos de la tierra, el Cantinho Lusitano, de comida tradicional portuguesa, o Salgadeiras, un pequeño restaurante donde degustar los mejores platos de bacalao de la ciudad. Y para tomar una copa, nuestra recomendación es el Pavilhao Chinés, un local con una decoración tan peculiar que no deja a nadie indiferente.
Por cierto, si quieres descender de nuevo a La Baixa no es necesario que te subas nuevamente al tranvía 28. Una buena opción es bajar en el Elevador de Santa Justa, un antiguo y bonito ascensor que conecta las dos zonas y ofrece unas vistas maravillosas.
Otros lugares de interés
Si tienes tiempo y no te importa desplazarte, te recomendamos encarecidamente que vayas al Barrio de Belém. Alejado del centro, alberga dos de los lugares de visita más importantes de Lisboa: la Torre de Belém y el Monasterio dos Jerónimos. Otro imprescindible aquí es probar los deliciosos pasteles de la Casa Pastéis de Belém, pues aunque podrás encontrarlos en cualquier pastelería de la ciudad como “pastéis de nata”, es en este establecimiento donde comenzaron a comercializarse hace dos siglos.
También merece una visita el Parque de las Naciones, construido para la Expo de 1998. Es una de las zonas más modernas de Lisboa y alberga grandes parques abiertos y zonas para pasear, un enorme centro comercial y una estación para ferrocarril, metro y autobuses, diseñada por Calatrava.